Llegado el momento de comprar vehículo nuevo, la posibilidad de subir al segmento Premium es la meta de muchos, ¿pero siempre vale la pena?

Tener carro propio (así la licencia de tránsito diga lo contrario) sigue siendo para muchos colombianos un símbolo de estatus, una meta que un gran número de personas espera cumplir y que puede ser mayor en razón del tipo de auto y el emblema que porte en su parrilla.

En el caso del segmento Premium en Colombia, entrar a él exige una “inversión” mínima que ronda los 80 millones de pesos, a cambio de los cuales se recibirá por mucho un vehículo compacto y cuyo equipamiento, en favor de hacerlo más asequible, se verá reducido en algunos elementos de comodidad o entretenimiento/conectividad que las personas pensarían encontrar.

Obviamente para muchas personas el conjunto de características que ofrecen estos modelos serán más que suficientes, sin dejar de lado el aporte “emocional” del distinguido emblema que los identifique, pero para quienes buscan algo más de accesorios, comodidades y sobre todo espacio, existen otras opciones muy llamativas.

Hablamos de modelos de marcas no Premium que por precios muy similares a los de entrada de dicho segmento ofrecen equipamientos muy similares (y hasta superiores en algunos casos), así como un espacio interior considerablemente mayor, en razón a que pertenecen a segmentos más altos. Así que, qué preferirían: ¿cabeza de ratón o cola de león?

Naturalmente hay más vehículos de este tipo que podrían considerarse por encima de un Premium de entrada, situación que también se vive en el segmento de los crossover y SUV donde la inversión mínima ronda cerca de los 100 millones de pesos (por encima o por debajo según la versión).

Un poco por debajo de esa barrera, modelos de mayores dimensiones y similar equipamiento, pero de otras marcas, surgen como interesantes alternativas. Por ejemplo, las versiones de entrada de la Mazda CX-5 ni siquiera superan la barrera de los 80 millones, pero sí ofrecen la eficiencia de la tecnología Skyactiv, y al igual que el Mazda6, una experiencia de manejo destacable.

Situación similar se vive con el Skoda Yeti, que en Europa sigue siendo líder en índices de satisfacción de consumidores, la Dodge Journey que ofrece espacio y conectividad para toda la familia, o las versiones de entrada de la Subaru Forester, que comparte las bondades de su hermano, el Legacy. ¡Y lástima que las station-wagon hayan perdido su protagonismo!

En fin, llegar al segmento Premium definitivamente es una meta que muchos quisieran cumplir, ya sea por estatus o simple gusto, pero cuando se trata de realizar una compra donde se pueda obtener lo más posible por un mismo precio, no hay que dejar de lado autos de otras marcas que suelen tener a favor bondades que difícilmente se encontrarán en modelos de entrada de un segmento superior.

con informacion del eltimpo.com

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